Un grupo de forenses llegó ayer a la localidad canadiense que quedó destruida por un incendio forestal con el objetivo de confirmar los reportes de que dos personas murieron en la conflagración, que obligó a los residentes a desalojar sus viviendas con apenas unos minutos de antelación hace unos días. El Servicio Forense de Columbia Británica indicó que ingresará a la devastada aldea de Lytton “sólo si ha sido considerada segura”.
Lytton/Vancouver, 4 de julio (SinEmbargo/AP/EFE) — La pequeña ciudad de Lytton ha roto récords sombríos. El martes experimentó la temperatura más alta de Canadá, en una ola de calor sin precedentes que ha matado a cientos de personas durante una semana y que ha provocado más de 240 incendios forestales en la Columbia Británica, la mayoría de los cuales aún están ardiendo.
La ola de calor se inició hace una semana en Canadá. Ya ha provocado la muerte de al menos unas 719 personas, además de decenas de incendios forestales e inundaciones en el oeste del país, y es una consecuencia directa de la crisis climática, según advierten los especialistas.
Lytton alcanzó los 49.6 grados Celsius (121.3 grados Fahrenheit), asombroso para la ciudad de solo 250 personas ubicada en las montañas, donde las temperaturas máximas de junio suelen rondar los 25 grados. La semana pasada, sin embargo, sus noches han sido más calurosas de lo que suelen ser sus días, en una región donde el aire acondicionado es raro y las casas están diseñadas para retener el calor.
Ahora los incendios han convertido gran parte de Lytton en cenizas y han obligado a su gente, así como a cientos a su alrededor, a huir. Los científicos han advertido durante décadas que el cambio climático hará que las olas de calor sean más frecuentes e intensas. Esa es una realidad que ahora se desarrolla en Canadá, pero también en muchas otras partes del hemisferio norte que se están volviendo cada vez más inhabitables.
Un grupo de forenses llegó ayer a la localidad canadiense que quedó destruida por un incendio forestal con el objetivo de confirmar los reportes de que dos personas murieron en la conflagración, que obligó a los residentes a desalojar sus viviendas con apenas unos minutos de antelación hace unos días. El Servicio Forense de Columbia Británica indicó que ingresará a la devastada aldea de Lytton “sólo si ha sido considerada segura”.
Los habitantes de Lytton huyeron de sus casas la tarde del miércoles, un día después de lidiar con temperaturas récord de temperaturas. Uno de los residentes dijo que vio a sus padres morir luego que un cable de electricidad les cayó encima mientras intentaban escapar de las llamas. Jeff Chapman le contó a CBC News que él y sus padres, de más de 60 años, se preparaban para cenar cuando vieron el humo y las llamas que se acercaban.
–No había nada que pudiéramos hacer. Llegó muy rápido y no teníamos a dónde ir –dijo Chapman.
Señaló que ayudó a sus padres a resguardarse en una trinchera que había sido excavada para la reparación de un sistema séptico. Cubrió la zanja con hojalata. Luego, pasó los siguientes 45 minutos tendido sobre la grava de una vía de tren mientras el incendio ardía a su alrededor. Cuando volvió con sus padres, un cable de electricidad había caído sobre ellos.
–Sólo tratamos rescatar por lo que habíamos trabajado todas nuestras vidas. Tal vez no era lo mejor, pero era nuestro hogar –dijo.
Los que escaparon de las llamas se refugiaron en distintos centros de evacuación en distintos puntos de la provincia.
John Haugen, jefe interino del primer pueblo de Lytton, dijo que muchas de las personas siguen devastadas por haber perdido sus casas. “Para muchos es traumático”, subrayó a Global News. “Aún no se hacen a la idea de que no tienen una casa a la cual volver”.
APOCALIPSIS CLIMÁTICO
Lisa Lapointe, la directora forense de la provincia de Columbia Británica, la región más afectada por la “cúpula de calor” que empezó a afectar el pasado 25 de junio a la costa del Pacífico de Canadá, señaló en la noche del viernes que el número de muertes súbitas registradas en la última semana se eleva ya a 719. Explicó que esta cifra es tres veces más alta de lo que es normal para ese periodo, por lo que casi 500 muertes son consecuencia de la ola de calor que disparó los termómetros en la provincia.
“Estamos dando a conocer esta información porque se considera probable que las condiciones meteorológicas extremas que Columbia Británica ha experimentado durante la pasada semana han sido un factor significante que ha contribuido al aumento del número de las muertes”, explicó Lapointe en un comunicado. Pero la directora forense de la provincia añadió que la cifra seguirá aumentando en los próximos días a medida que se actualice la información, ya que muchas de las personas que han muerto son individuos de elevada edad que vivían solos en hogares sin aire acondicionado o que no estaban preparados para elevadas temperaturas.
Para entender lo inusual y extremo de las condiciones meteorológicas vividas en la costa del Pacífico canadiense durante la última semana, Lapointe señaló que en los últimos cinco años solo se habían producido tres muertes relacionadas con el calor en la provincia. La “cúpula de calor”, como se conoce el fenómeno meteorológico consistente en una montaña de aire caliente que “se ha quedado atascada” en las capas altas de la atmósfera y no solo ha provocado centenares de muertes sino también incendios y el desbordamiento de ríos.
Los datos del Servicio de Incendios Forestales de Columbia Británica señalan que en la última semana se han producido 245 incendios y que, en la actualidad, 176 están activos, de los que 76 se iniciaron en los últimos dos días.
Casi el 70 por ciento de los incendios ha sido causado por relámpagos que han encontrado las perfectas condiciones de sequedad para iniciar fuegos forestales. En 15 horas entre el miércoles y jueves, se detectaron 113 mil relámpagos en Columbia Británica. Uno de esos incendios es el que ha consumido en los últimos días la totalidad pequeña localidad de Lytton, en el interior de Columbia Británica. Lytton fue portada el pasado martes en medios de comunicación de todo el mundo cuando los termómetros en la localidad alcanzaron un nuevo récord histórico de temperatura de Canadá.
Tras tres días consecutivos de temperaturas entre los 45 y los 49 ºC, un incendio forestal consumió en minutos el 90 por ciento de la población. Se teme que las llamas también causaron al menos dos víctimas mortales en la localidad que tenía unos 250 habitantes. Hoy, la “cúpula de calor” se encuentra en el interior de Canadá, en zonas septentrionales de las provincias de Manitoba y Ontario que este sábado están bajo alertas de calor extremo.
Durante los últimos días, el mensaje de los expertos ha sido claro: esto es solo el principio.
“El calentamiento global, tenemos prueba de que es real. Desgraciadamente ya lo estamos viviendo, no es el futuro. Está aquí, así que espero que la gente dedique tiempo a prepararse ya que es probable que veamos esto más a menudo”, explicó Natalie Hasell, meteoróloga del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá, a la cadena de televisión local CTV.
El pasado 2 de junio, poco antes del inicio de la ola de calor, el Instituto Canadiense para Opciones Climáticas, una organización independiente financiada por el Gobierno, emitió un profético estudio titulado “Los costes de salud del cambio climático”.
El informe señaló que “el cambio climático no es solo una amenaza medioambiental y económica, también es una amenaza a la salud pública”.
“El cambio climático-agregó el documento- empeorará las desigualdades sanitarias existentes y aumentará los costes para el sistema sanitario de Canadá y para la economía, a menos que los Gobiernos trabajen unidos para invertir en preparación y prevención”.